El supercargador es uno de los medios de sobrealimentación para un motor de combustión interna que usan la energía producida por el motor para aspirar, comprimir y expulsar el aire a gran velocidad hacia la admisión del motor.
El supercargador que más me gusta es el de tipo CENTRÍFUGO, que existe desde antes de la I Guerra Mundial. Como su nombre lo dice, el sistema por el cual circula el aire en su interior es de forma centrífuga. Es básicamente el lado "frío" de un turbocompresor con su girante conectada a unos engranajes que son movidos a través de una polea que a su vez viene movida por el cigüeñal.
En su caparazón trasero podríamos conseguir tres tipos de engranajes de reducción: engranajes con dientes rectos (más barato, más ruidoso pero más usado), engranajes con dientes helicoidales (reducen el sonido de impacto al ser inclinados) y por sistema planetario de engranajes (más costoso pero más eficaz y compacto).
Este tipo de supercargador tiene solo un defecto, aparte de su elevado coste, y es su poca capacidad de crear presión de soplado a bajas RPM del motor.
Por el otro lado y como lados positivos, podemos destacar su fácil instalación, calienta mucho menos el aire en comparación con los demás sistemas de sobrealimentación (no hay necesidad de un intercooler si no se superan los 0,5-0,6 bar de presión de soplado), son muy fiables/confiables, en su mayoría de casos tienen su propio sistema de lubricación interno, y es de muy fácil accesibilidad para manutención o en el caso de querer hacerle un upgrade a la girante.
Estos llegan a venderse con un aumento de velocidad respecto a la polea que los mueve de 3 a 5 veces y pueden ir desde 45,000rpm hasta poco más de 100,000rpm (el sistema planetario de engranajes es el que más rápido gira).
En otro momento les hablaré de todos los demás tipos de supercargadores que existen ya que me tomará varias entradas.
En su caparazón trasero podríamos conseguir tres tipos de engranajes de reducción: engranajes con dientes rectos (más barato, más ruidoso pero más usado), engranajes con dientes helicoidales (reducen el sonido de impacto al ser inclinados) y por sistema planetario de engranajes (más costoso pero más eficaz y compacto).
Este tipo de supercargador tiene solo un defecto, aparte de su elevado coste, y es su poca capacidad de crear presión de soplado a bajas RPM del motor.
Por el otro lado y como lados positivos, podemos destacar su fácil instalación, calienta mucho menos el aire en comparación con los demás sistemas de sobrealimentación (no hay necesidad de un intercooler si no se superan los 0,5-0,6 bar de presión de soplado), son muy fiables/confiables, en su mayoría de casos tienen su propio sistema de lubricación interno, y es de muy fácil accesibilidad para manutención o en el caso de querer hacerle un upgrade a la girante.
Estos llegan a venderse con un aumento de velocidad respecto a la polea que los mueve de 3 a 5 veces y pueden ir desde 45,000rpm hasta poco más de 100,000rpm (el sistema planetario de engranajes es el que más rápido gira).
En otro momento les hablaré de todos los demás tipos de supercargadores que existen ya que me tomará varias entradas.
Los dejo con esta imagen de un Porsche 996 Carrera 4 supercargado con apenas 0,45bar, intercooler y unos retoques a la ECU, pasa de 320cv originales a 470cv (345kw).
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